Hablamos con Eduardo Gálvez antes de la Fase de Ascenso: ¡Estamos preparados para competir!

A pocos días del inicio de la Fase de Ascenso a División de Honor Plata, hablamos con Eduardo Gálvez, entrenador del primer equipo, para conocer de primera mano cómo se encuentra el grupo, qué se ha trabajado en estas semanas clave y cómo afrontan una cita tan exigente como ilusionante.

¿Cómo ha sido la preparación del equipo para esta Fase de Ascenso?

La preparación está siendo sido muy positiva e ilusionante. Desde que conseguimos la clasificación para la fase de ascenso, estamos mucho más tranquilos y con el foco puesto en realizar mejoras para la Fase. Sabemos que tenemos que subir el nivel en todos los sentidos y, para ello, hemos trabajado en los entrenamientos, tanto la recuperación de jugadores con mucho desgaste durante la temporada regular como en asentar e introducir distintos aspectos tácticos, y sobre todo hemos trabajado mucho el aspecto mental. En estas citas, lo emocional juega un papel clave, y queremos que el equipo llegue no solo en buena forma física, sino también fuerte de cabeza, con confianza, ambición y orgullosos de lo logrado. Además, hemos tratado de ajustar las cargas para cuidar la recuperación y el descanso, porque a estas alturas de la temporada, cada detalle cuenta. Lo más importante es que el grupo ha respondido con compromiso total y con una energía muy positiva. El ambiente es increíble y los jugadores están con muchas ganas, muy enchufados, y eso se nota en cada entrenamiento.

¿Qué aspectos clave se han trabajado en estas últimas semanas?

En estas semanas previas hemos focalizado mucho en consolidar nuestra identidad de juego: defender y contraatacar lo mejor posible. Hemos reforzado la defensa, que ha sido uno de nuestros pilares durante toda la temporada, y trabajado mucho la transición defensa-ataque, que puede ser decisiva en partidos de alta intensidad como los que nos esperan. También hemos practicado situaciones especiales de ataque, para aumentar los recursos que ya teníamos. Queremos estar preparados para cualquier escenario. Además, vamos a realizar charlas y diálogos individuales para mejorar el aspecto emocional, ayudando a los jugadores a gestionar los nervios, la presión y a centrarse en el ‘aquí y ahora’. El objetivo es que cuando llegue el momento clave, el equipo no dude, se sienta seguro y actúe con confianza.

¿Cómo gestionáis la presión en una cita tan importante como esta?

La presión es parte del deporte, especialmente cuando se juega por objetivos tan importantes como el ascenso. Además, es un equipo que ha competido mucho durante los tres últimos años en los que cada gol o cada punto podría dejarte fuera de la fase. Nosotros intentamos asumirla con naturalidad, sabiendo que está ahí, pero sin que nos paralice. Realmente son Oar y San Joan los equipos profesionales que tienen más recursos y presupuesto los que tienen la presión. Nosotros hemos logrado el principal objetivo, que era llegar a la fase. A partir de ahí, esa posible presión que pueda sentir el jugador nosotros trabajamos para transformarla en motivación, en energía positiva. Lo hacemos desde la confianza en el trabajo bien hecho, en la preparación y en el equipo. Intentamos crear un entorno de tranquilidad, donde cada jugador sepa lo que tiene que hacer y se sienta respaldado. Eso es lo que pediríamos al entorno del equipo: se consigue más creando un clima de confianza, tranquilidad y alegría que con otros elementos menos positivos. Además, hablamos mucho entre nosotros, compartimos sensaciones, y eso ayuda a que no se acumulen tensiones innecesarias. En estas fases, es tan importante lo que pasa en la pista como lo que pasa en el vestuario. La unión del grupo es clave para soportar y canalizar esa presión de la mejor manera.

¿Cuál es el objetivo principal del equipo en esta fase?

El objetivo es claro: competir al máximo para lograr el ascenso. Sabemos que no va a ser fácil, que nos vamos a enfrentar a equipos muy duros, con mucha experiencia y calidad. Pero nosotros también tenemos nuestras armas y creemos en lo que hacemos. Más allá del resultado final, queremos que se vea un equipo comprometido, valiente, que representa los valores de la ciudad dentro y fuera de la pista. Si conseguimos eso, independientemente del marcador, sabremos que hemos hecho las cosas bien. Pero, por supuesto, el sueño que tenemos todos es ese: poder llevar al balonmano de Zaragoza a la División de Honor Plata. Sería un premio a muchos años de esfuerzo y trabajo colectivo.

¿Qué mensaje le das al equipo antes de cada partido?

Les recuerdo que están preparados, que han llegado hasta aquí por méritos propios y que tienen todo lo necesario para dar la cara en cualquier partido. Los animo a jugar con libertad, con confianza en ellos mismos y en el equipo, y sobre todo con pasión. El balonmano es un deporte que se juega con la cabeza, sí, pero también con el corazón. Que sean valientes, que se ayuden entre ellos en cada acción, y que disfruten del proceso. En partidos de tanta carga emocional, es fundamental recordarles por qué empezaron a jugar a esto: por ilusión, por compañerismo, por amor al juego. Eso es lo que queremos llevar a la pista.

¿Qué opinión tienes sobre los equipos a los que os enfrentáis en esta fase?

Sabemos que el nivel es altísimo. Los equipos que llegan a esta fase lo hacen porque han sido los mejores de sus grupos, y eso ya habla muy bien de ellos. Tienen plantillas de mucha calidad, algunos con jugadores con experiencia en categorías superiores, y entrenadores que preparan muy bien los partidos. Nos enfrentamos a rivales que saben competir, que no regalan nada. Pero nosotros también tenemos nuestras fortalezas y llegamos con mucha ilusión. Lo importante será mantener el respeto por el rival, pero sin miedo. En estas fases hay que creer en uno mismo, porque si dudas, te quedas fuera.

¿Dónde crees que estará la clave para lograr el ascenso?

La clave estará en ser un bloque. Más allá de individualidades, lo que nos tiene que llevar a pelear el ascenso es el trabajo colectivo. Tenemos que defender con intensidad, correr con cabeza y saber gestionar los momentos clave de cada partido. La concentración será fundamental, porque estos encuentros se deciden muchas veces por pequeños detalles. También la mentalidad: no rendirse nunca, saber sufrir cuando toque y aprovechar nuestras oportunidades. Y, por supuesto, la humildad para reconocer lo que hay que mejorar durante la fase e ir partido a partido, sin mirar más allá del siguiente rival. Tenemos un equipo amplio con muchos recursos y todos tenemos que estar preparados para competir.

¿Qué significa para ti y para el club estar en esta fase de ascenso?

A nivel personal, es un orgullo enorme. Un premio a todo el sacrificio que ha realizado mi familia para poder estar aquí. Poder dirigir a este equipo en una fase de ascenso es un regalo, ya que el día a día con el cuerpo técnico y con los jugadores es magnífico. Me siento muy agradecido por su compromiso y por lo que me divierto y aprendo con ellos. Es el fruto de muchas horas de trabajo, de entrenamientos, de partidos complicados y de momentos de sacrificio.
Para el club, estar aquí es un paso adelante muy importante. Refuerza el proyecto, nos da visibilidad y demuestra que estamos haciendo las cosas bien. Pero más allá del ascenso, significa que somos un equipo con alma, que no se conforma, que quiere más. Y eso es lo que nos define.

¿Qué mensaje te gustaría enviar a la afición que os apoya desde Zaragoza?

A nuestra afición solo puedo darle las gracias de corazón. Nos han apoyado durante toda la temporada, en los buenos y en los malos momentos. Nos han hecho sentir que no estamos solos. Ahora que llega la hora de la verdad, queremos que sigan empujando, aunque sea desde la distancia. Sentimos su aliento y lo llevamos con nosotros a cada partido. Esta fase también es suya. Vamos a darlo todo por representar a Zaragoza con orgullo, y esperamos poder devolverles ese cariño con alegría. ¡Moverse maños moverse!